Pero no tuvo ni tendrá la sangre fría,
Ni la mente clara y calculadora,
Y aún creyendo saber en lo que se metía
Abrió una tarde aquella caja de pandora.
Tragando aquel dolor que se le atragantaba,
Sintiendo claramente el riesgo, el desatino
De la pendiente aquella en la que se deslizaba
Y tarde o temprano nada es secreto
Nada es secreto.